Nuestra visión competitiva y egoísta del mundo hace que nos asombremos con una imagen como esta: Kipchoge (1º) le da agua a Biwott, el segundo. Eliud Kipchoge acaba de ganar su segunda maratón de Londres consecutiva, la cuarta de las Majors en su prontuario (Londres x2, Chicago y Berlín). Lo hizo con la segunda mejor marca de la historia (2:03:05), a ocho segundos del récord de Kimetto. Para él, que creció en una aldea de un condado keniata contiguo al de Biwott, hoy era un intento más por convertirse en el mejor de todos los tiempos. El camino para ellos, los mejores, está minado de responsabilidad, camaradería, trabajo en equipo y valores, cosas que se ven en la imagen.
Seria bueno que los que apenas comienzan en el ámbito local vean el ejemplo de Kipchoge y se motiven, no sólo por su ritmo sino por su capacidad como persona. Sería bueno que en vez de pelearse por redes sociales por una marca o un puesto, observaran imágenes como esta o como la de los olímpicos argentinos y ahí sí, comenzaran con su incipiente y humilde camino en el atletismo. Porque para trascender no sólo alcanza con correr fuerte, también es necesarios tener valores que se aprenden en la vida.
Periodista, comunicador y corredor de fondo. Maratonista.