Sin Reflejos

 

No soy un vampiro
Pero a veces detesto los espejos

 

Haile Gebrselassie, Wilson Kipsang, Meb Keflezighi, Geoffrey Mutai, Stephen Kiprotich. Todos dueños de performance y técnica de carrera absolutamente envidiables, solo apreciables hilando fino en los números de sus splits y analizando cuadro a cuadro un vídeo en cámara lenta que nos enseñe con lujo de detalle su pisada, su transición, la forma de acariciar el piso, la forma de flotar y abandonar momentáneamente el planeta tierra en cada zancada.

Pero siempre estuve perdidamente enamorado de la forma en que corre Ryan Hall. Por favor no me malinterpreten, por él siento la mas profunda de las admiraciones y respetos, pero mis sentimientos de colegiala enamoradiza se dirigen hacia su técnica de carrera, a su forma de desplazarse. Sino pasen y vean:

A veces tengo días en que salgo a entrenar con las piernas pesadas, cuadradas, como macetas, siento el aire espeso y consistente, mis zapatillas golpean el piso como si en lugar de running estuviésemos practicando un poco de sparring.

La mayoría de los días no me termino de percatar de mis extremidades, simplemente están ahí haciendo lo que las puse a hacer, sin quejarse, sin chistar, llevándome al ritmo que les propongo o el que ellas proponen.

Pero de vez en cuando, salgo a correr y corro lindo o al menos esa impresión tengo. Mis piernas se sienten livianas, se mueven sin esfuerzo, con la zancada larga, la transición perfecta, me llevan a un ritmo que no tenía planeado en absoluto. En esos días mi mente forma una imagen de mi persona corriendo: ágil, veloz, musculoso, cortando el viento como un fantasma mientras lo dejo que acaricie mi torso y mi inexistente cabellera. En esos días, me siento como Ryan Hall. O al menos, me siento como la imagen mental que poseo de él mientras entrena.

Ryan-Hall-01

Y de golpe, una vitrina, un espejo, un auto recién lavado y pulido, cualquier objeto que sea capaz de devolverme mi propia imagen atenta contra ese sentimiento. Porque al verme me doy cuenta que mi técnica sigue siendo mala, mi postura incorrecta, mis brazos no acompañan el movimiento y que la frondosa cabellera rubia que mi imaginación hizo crecer, en realidad no está ahí.

En los días que me siento un familiar cercano a los Hall y que estoy corriendo como uno de ellos, preferiría ser un vampiro. Maldigo cada maldita superficie reflectante que me devuelva al mundo real. Porque en mi imaginación, nadie en toda la ciudad está corriendo tan rápido y tan lindo como yo.

Publicado originalmente en Medium:
“Sin Reflejos” @ Medium
fians4k @ Medium

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