Estoy en el hotel post carrera. Empiezo a escribir la crónica de mi sexta maratón (séptima si contamos el fondo de 42 km en NYC)
Dicen que las cosas llegan cuándo menos lo esperás. Otros dicen que las sandías se acomodan en el camino. Lo único que sí sabía es que desde Diciembre del año pasado no podía seguir esperando que la suerte llegara: tenía que ponerme en busca de un objetivo…EN SERIO
Hace dos años que tenía la espina clavada muy fuerte: no poder mejorar mi marca en maratón. ¿Pecho frío? ¿Mal entrenado? ¿Poco enfocado? ¿¡¡¡Cómo saber!!!? Todo esa maraña de pensamientos y sumado a que fui a NYC y me agarró el Huracán Sandy (pude trotar 42 km pero la carrera se suspendió) o en 2013 fui a Chicago y me descompuse en plena carrera. Por una cosa o la otra, los dioses de la Maratón no se habían portado bien conmigo últimamente. Había que hacer algo: ENTRENAR DE VERDAD.
En Diciembre, luego de estar quemadísimo y sólo poder trotar la carrera de Boca 3k (no tenía cabeza ni para correr 12k), me decidi de cambiar de equipo. Fue muy duro porque entrenaba con amigos pero pensé: “los amigos están siempre, entrenes con ellos o no”. El tiempo me dió la razón y eso es muy bueno.
Daniel Simbrón me recibió en su team y comencé a trabajar a conciencia, pensando que llegar a correr en 3h10 un maratón(casi 10 minutos menos que las 3hs19m45 de Rosario 2013) era posible. Cambié el shampoo, el chip y parte del cerebro. De cuidar (pechear) pasé a arriesgar.
La idea original era correr Rosario en Junio pero a 100 días de La Pampa decidimos que iba a ser ideal correr en Santa Rosa. Una dura pretemporada que hice al pie de la letra y sin importar clima o circunstancias fue el alimento para correr cada vez mejor. Los fondos de los sábados con Juan Pablo y Paula (alias Cremona Track & Field) innegociables. Se cumplieron TODOS.
Salí el viernes a La Pampa solo. Allá estaban los chicos y Leandro (que luego quedaría 7mo en la general). Pasamos el sábado comiendo fideos con agua, pan y más agua ;). Pasamos a buscar el dorsal por el Centro Municipal y vimos la conferencia de prensa previa a la carrera. A la tarde y hasta la cena el plan fue simple: estar tirado viendo los simpsons hasta la cena. Menor movimiento posible como estrategia para estar descansado para la carrera.
Fideos de cena a las 20 hs, una banana, pan y a la cama. El domingo arrancaría temprano.
Domingo 5.30 am y me levanté sólo (tenía el despertador 5.50 am). Tomé un té y vainillas mirando la Maratón de Londres, estiré y traté de calcular bien cómo iba a tomar los geles en carrera. Baño y a la plaza San Martín (punto de partida).
Llegué caminando rapido las 6 cuadras que separaban la linea de partida del hotel, le di dos geles al padre de Paula (para la 2da vuelta) y a arrancar.
8 am se largó la carrera. Arranqué tranquilo aunque con la incertidumbre de si seguir un ritmo cómodo sin que el viento fuerte me comiera las piernas o ir en el ritmo previsto y luego ver en la segunda vuelta ver para dónde iba la carrera. Opté por la opción 1 y fijé un ritmo de 4m28 aprox para la primera vuelta. MUCHA gente de 21 km.
En km 16 me prendo detrás de un flaco (JuanMa Mendoza) durante 2 km. Le pregunto cómo va, y nos ponemos a tirar juntos. A ritmo parejo y sin locuras. Los 2 primeros geles se toman cómo estaba previsto. Paso la primera mitad en 1h35m10 según el reloj de la organización. Pienso: “perfecto, ahora agarro los geles y apreto”. Bueno, nunca vi al padre de Pau y no tuve geles para la segunda vuelta! Mi compañero JuanMa me da un poco de gel GU a las 2h15min de carrera y eso me salva. Suma también que en esta segunda vuelta hay bebida isotónica.
Km 28 se nos prende un flaco que nos habla, saca aire y luego nos pasa. Siempre hay de esos. Lo mejor es dejarlos ir porque te consumen la energía y la cabeza. El ritmo? Sigue a 4m29/4m30. Casi no caigo. MUY bien.
Llegamos al km 30 y el viento a favor durante kilómetro y medio. El empujoncito permite que no caiga y luego viene el gel. Con JuanMa nos tiramos frases como “vamos que en 55 minutos estamos en la llegada”. Nunca se habla de distancia, nadie piensa bajar el ritmo. La cabeza es un casco de cemento aunque las piernas comienzan a ser de cemento también!!
Km 34. La parte de la muerte le habia dicho a JP. Algo de eso había. Seguimos prendidos y siento una voz que me dice “Vos sos demian?”. Pensé: “¿AHORA? ¿ACÁ? ¿Quién puede ser?”. Era Marcos Di Fazio. Tiramos un rato con JuanMa, Marco y pasamos a Paulita que estaba teniendo un tirón en el isquiotibial. La puteé para alentarla y le dije: “Negra, tenés tiempo para recuperarte y seguir. No pares”. Por suerte no paró.
En el km 35 hasta el 40 tiramos con Juanma como si no hubiera mañana. Sabía que estaba haciendo mi mejor marca y sali con parciales de 4m24/4m23 (los kilómetros más rápidos de toda la carrera fueron los últimos!).
Los últimos 2 km, en la Avenida San Martín fueron con viento en contra EN AMBAS DIRECCIONES. No me pregunten cómo puede suceder eso pero pasaba; parece que en La Pampa puede haber viento de muchas maneras. Un nene me pone la mano para que lo salude y le choco la palma como si estuviese en el km 1. Mágico. Pilas y sigo.
Último retome en la puerta del hotel donde estaba y casi que quiero subir y pegarme una siesta…pero no. Quedan 700 metros a la largada. No sé si voy sprinteando o hecho una bolsa de papas pero dejo todo. En la última cuadra agarro el cuellito y lo alzo y lo revoleo como Kebede en NY. Llego. Grito y aprieto los puños bien fuerte. Lo logré. Lloro. Soy Feliz.
JuanMa llegó 20 segundos antes. Nos abrazamos con mi amigo nuevo. Le agradezco por todo. Aparece Juan Pablo que habia llegado antes. Me sacan el chip y me sostengo del flaco que me desata la zapatilla. Paro dos segundos y bajo la cabeza para recibir la medalla.
El reloj dijo que pasé en 3h10m26seg (9 minutos29segundos más rápidos que mi anterior mejor marca), para mi fue un record mundial.
El viaje, el esfuerzo y las horas de entrenamiento valieron la pena. Es hora de disfrutar y buscar nuevos sueños.
Termino esta crónica martes post maratón. He trotado ayer 20 minutos para regenerar y ver al entrenador y al grupo. Tengo cansancio pero no lesión ni daños mayores (gran señal para pensar a futuro cerano). Felicito a todos los que corrieron Patagonia Run y FILA y ellos nos felicitan a los que corrimos La Pampa.
La adrenalina sigue. La felicidad también.
Qué lindo haber corrido así. Una eternidad esperé este instante 🙂
Corredor. 17 veces finisher en Maratón. Mejor tiempo 2:59. Lector enfermo de todo lo que sea running, curioso y siempre con ganas de aprender. Letra y podcast en Running Blog.