En veredas opuestas, con realidades diferentes y en medio del boom mediático de los corredores keniatas, los dos más grandes fondistas de Etiopia (y posiblemente de toda la historia del atletismo), siguen reescribiendo la leyenda que ellos mismos fundaron. Haile habla pausado, en su ingles universal pero claro, fruto de sus múltiples relaciones comerciales en Inglaterra y con el mercado turístico -y del running– europeo y americano. Como si se tratara de un mito, miles de personas al año acuden a alguno de sus hoteles en Adis Adeba, ahí donde tantas veces Gebrselassie los recibe en el hall, para después enseñarles “por donde entrenó” e inclusive co-organizando carreras con Adidas, su compañera de toda la vida. En el trailer de Transcend, el film de Wesley Korir que en cierto modo imita a Gebrselassie en el paso a la política, Haile afirma que el running es “muy mental, que es como la vida y que creer en dios es creer en uno mismo”. A sus 41 años, con tres récords mundiales de maratón a cuestas, varias medallas de oro olímpicas en la pista, un sinfín de registros sorprendentes y ahora un presente político de mucha exposición, da la sensación de que el hombre no sólo puede cargar con todo sobre sus espaldas, sino que además parece dispuesto a cuidar y respetar su legado en todos los frentes. Acaba de anunciar que en 2015 correrá un último maratón a modo de despedida, como si hiciese falta reforzar su impresionante e inoxidable carrera con un último acto. Un “Cierre de telón”, como le dicen. Una oda al más fiel representante que el atletismo haya tenido nunca, ya sea por su braceo característico, su aterrizaje y sus soberbios sprint finales en la pista, como por aquel inolvidable suceso frente a Paul Tergat, en Sydney 2000. Aunque sus WR fueron superados por tres interpretes diferentes (el mismo Tergat, Makau, Kipsang y Kimetto), sus mañanas doradas en Berlín no corren riesgo de sufrir el contraste del paso del tiempo. https://www.youtube.com/watch?v=4eZ-x4IEoXM La necesidad de mantenerse en la cresta de la ola tuvo su antípodas en 2014, cuando en una maniobra marketinera del maratón de Londres, Haile fue liebre en aquel intento de récord del mundo, con Kipsang victorioso (2h04min) con los mejores fondistas apilados detrás, Geoffrey Mutai, Kebede y hasta Mo Farah. Sin embargo, Haile tuvo que retirarse después del kilómetro 20. No era Haile de hace algunos años. Semejante movida para intentar depositarlo en su mejor nivel comenzó en 2013, cuando compitió en la Great Bupa de Manchester en una asombrosa media maratón y en la que, a pesar de haber llegado en tercer lugar, logró un espectacular registro de 01h 01min, apenas menos de un minuto por encima de Farah y Bekele. Esa tal vez fue la última gran ponencia del maestro eterno. Según palabras de Gebrselassie a la prensa en Singapur, sólo piensa en una buena despedida antes de sumergirse de lleno en la política (será presidenciable en su país), además de atender sus negocios, que entre bienes raíces, fundaciones y organizaciones, cuenta con 1500 empleados. Gebrselassie seguirá ligado a su pasión, con las mencionadas carreras que organiza alrededor del mundo, más su padrinazgo en agencias de las promesas de Etiopía. Incluso está embarcado en un ambicioso proyecto, 1:59:59, junto al fisiólogo Yannis Pitsiladis, que actualmente busca financiación para un campamento que podría ser en Iten o Adis Adeba, que proporcionará todas las herramientas técnicas y espirituales para entrenar atletas con el fin de romper las dos horas en el maratón, algo que, después del impresionante WR de Kimetto, ya no resulta tan lejano. Semejante objetivo, afirma Haile, no pasa por una cuestión biomecánica, un entrenamiento particular o una alimentación prodigiosa. “Se trata de una cuestión económica que facilite las condiciones ideales para el desarrollo del objetivo y su proceso.”, dijo a la prensa sobre el proyecto.
El retiro, según Haile Gebrselassie: “El problema es que todo el mundo espera que yo esté al frente, y eso no es fácil. Ellos saben que Haile Gebrselassie es un corredor que siempre va en cabeza. ¿Y si no te ven adelante? ”
A Gebrselassie, como a los eternos líderes del mundo, le cuesta pensar en la última vez. También le costó asumir que ya no está para correr al ritmo atroz que imponía, ni siquiera en la cabeza de un pelotón durante 42 km. Su desafío en Londres, en abril, supuso un suculento contrato por ser liebre de lujo, pero también un desafío personal, indescifrable e imposible de comprar: el de ganar su última maratón. No pudo ser, ni en Londres ni en Viena, cuando antes de tiempo se retiró del maratón de esa capital y del potencial récord de mayores. Aunque está procesando esa despedida, el Emperador está en plena vigencia y hasta podría seguir compitiendo en otra categoría. Eso si, sabe que ser el mejor de todos los tiempos amerita una última vez en gran forma, mirando al horizonte como en Berlín, como en Adeba, como en la última vuelta. La ultima vez, según dijo Haile, podría ser en mayo o en septiembre de 2015, en su querida Berlín. El libro de Gebrselassie, el de las páginas de hierro que comenzaba con el niño apretando en su puño el cuaderno y la lapicera para que su padre no le pegara al volver a casa, ahora parece que tendrá su último capítulo, al menos como héroe del atletismo.
Kenenisa Bekele
El año de Kenenisa Bekele es noticia, a diferencia de Haile, por su vigencia dentro de la elite mundial. Después de unas últimas temporadas complicadas en las que perdíó el trono de mejor fondista a manos de Mo Farah, lesiones que lo complicaron e incluso problemas personales, Kenenisa se ha reinventado, como sólo los campeones pueden hacerlo y contra todos los pronósticos. Después de perder en los 10,000m de Londres 2012 frente a Mo (quedó quinto en esa carrera), pocos auguraban un presente tan promisorio en 2014. Si bien los críticos especializados (y poco pacientes) del atletismo tildan de estancamiento a su paso por el maratón, Bekele ha consechado un año fabuloso, en el que transformó la difícil y peculiar transición de la pista a la calle en sendos resultados dignos de proyección a WR. El camino, sin embargo, está antes de sus debut en París (con victoria) y su posterior estreno en Chicago Maratón (quedó cuarto, repitió 2:05). El comienzo del recorrido sucedió precisamente en la mencionada Great Bupa 21k de Manchester, donde venció en un impresionante sprint final a Farah y dejó tercero a Gebrselassie. En aquella media maratón el etíope, WR del mundo en 5 y 10,000m, mostró las armas con las que contaba -y cuenta- para hacer historia ahora en la calle. La pregunta es si, en una prueba tan exigente como el maratón, donde no todos los atletas de pista han pasado con éxito, Kenenisa logrará repetir sus descomunales hitos sobre el tartán.
En su primer maratón, Bekele llegó a Paris como favorito aunque ni sus mejores deseos añoraban un debut tan promisorio. Fueron 2h05:04, lo que le aseguró una cómoda victoria pero además supuso el récord de circuito, que tenía Stanley Biwott. En la puja con Gebrselassie por ver “quién es más grande”, Bekele tomó la delantera como mejor debutante de Etiopía (Haile corrió en Londres 2006 con 2:06).
Ahora, Kenenisa Bekele decidió correr su tercera maratón en menos de diez meses, todo un desafío para un atleta que pocos meses atrás corrió su segunda prueba en la distancia, y que tan solo cinco meses antes debutó. Será en Dubai, una plaza relativamente nueva en el calendario, pero que seduce a cualquier corredor de elite no sólo por el suculento premio en dólares (200.000 al primero), sino también por las características del circuito, en el que las largas rectas predominan en un terreno sobre el nivel del mar. Las estadísticas lo afirman: Dubai es el maratón más rápido del mundo después de Berlín y Chicago, con una media de 2h04:46. El premio por lograr un récord del mundo (tarde o temprano Bekele puede lograrlo) es de 500 mil dólares extras. Dubai se convirtió en la “séptima Major” después de diseminar su popularidad entre los mejores del mundo, especialmente desde que ganó la edición 2008 (repitió en 2009 y 2010). Allí se registró, en 2014, el mejor tiempo para un juvenil en maratón, después de que el sorprendente Ayele Abshero, con tan solo 21 años, ganara con 2h04:23. Dubai tiene antecedentes exitosos en debutantes y atletas recién comenzados en el maratón. Lelisa Desisa fue otro de los jóvenes que ganó la prueba con un tiempo arrollador de 2h04:45, con apenas 23 años. ¿Cómo le irá a Bekele? Entrenado bajo su propia supervisión durante prácticamente toda su carrera, el etíope decidió cambiar el rumbo y elegir a Renato Canova como preparador con menos de dos meses para Dubai. La decisión habla del foco de Bekele en mejorar su registro, pero también del hambre de gloria que conserva con 32 años y en medio de la ruta con destino final Río 2016.
Periodista, comunicador y corredor de fondo. Maratonista.