Breaking 2: El gran show de Nike, Kipchogue y las 2 horas en maratón.

 

 

El sábado pasado, en la madrugada argentina, Eliud Kipchoge logró lo que ningún ser humano pudo: correr la distancia de maratón en 2 horas 25 segundos en el circuito de Monza. Una animalada si comparamos el récord mundial de Dennis Kimetto (2:02:57) logrado en Berlin. Y no sólo eso: quedó a 26 segundos del objetivo de lograr el “breaking2” pero cumplió con el objetivo de superar los límites del récord actual.  Acompañado por Zersenay Tadese y Lelisa Desisa, el ganador de la última maratón de Londres logró lo que nadie pudo: correr la distancia de maratón en 2 horas. RESPECT.


FOTO AP

¿Por qué los límites y no el récord en sí? No es por envidia sino por cuestiones reglamentarias. Decimos esto porque hubo abastecimiento, el auto guía tapaba el viento junto con los pacers, poco viento y mucho etcéteras más. Así y todo, no quedan dudas de que fue un acontecimiento espectacular que sirve para el atletismo, la marca y todo el deporte.

Más allá del enorme evento y la gran onda expansiva del marketing, lo que pocos notan es que se agiganta la imagen de Kipchoge y hace del último campeón olímpico un serio candidato en tener el nuevo récord mundial en Septiembre, cuando corra la maratón de Berlin (el circuito más rápido del mundo)-

Acá les dejamos un resumen

Yo opino

(Por @georgeblanco)

En las antípodas del pensamiento único de que Breaking2 pudiese afectar la credibilidad del atletismo, en la madrugada del seis de mayo (00:45 de Argentina) vimos una verdadera demostración de destreza física y mental, de fuerza y de resistencia. De ciencia y fisiología aplicada a un deporte legendario y primitivo, siempre acostumbrado a las gestas solitarias en un contexto colectivo pero poco habituado a este tipo de experimento más común en otras disciplinas y que guste o no, con la carga extra del show, ayuda a la difusión de la disciplina que amamos. Lo que se vio en Monza no fue atletismo en su más pura expresión ni respondió a una práctica repetida de la historia, aunque no por eso debemos dejar de entender y resignificarlo dentro de lo que es, un experimento de un atleta contra variables físicas propias y del entorno. Nadie puede dudar que el experimento de Nike con el maratón como herramienta ha contribuido a la difusión pero sobre todo a la rica discusión a corto y mediano plazo. Breaking2 fue una película con mucha fe poética para entenderla, mimetizarnos con la trama y el desenlace. B2 fue una ficción que durante dos horas se volvió realidad, una quimera que se transformó en un sueño posible y que dio paso a un sinfín de conjeturas positivas para lo que viene. 

Como el mismo Kipchoge afirmó unas horas después en conferencia de prensa, es difícil que el hombre pueda bajar las dos horas en un maratón comercial, aunque quedó demostrado que sí puede correr por debajo de ese tiempo. Es importante continuar entendiendo la premisa de Nike para comprender el contexto: Breaking2 hubiera podido ser una puerta hacia el abismo (fracaso) o de entrada a un mundo completamente nuevo. Ocurrió lo segundo. Caer en la comparación sobre si fue correcto el uso de liebres, sobre si la zapatilla está homologada, la bebida fue provista más de por normal o sobre el uso de tecnología en la ropa nos pone en el evidente riesgo de caer en clichés o excusas fáciles, pero sobre todo evidencia al auto prejuicio y hasta puede ser contradictorio en un mundo donde absolutamente todo el deporte en su conjunto avanza a pasos agigantados de la mano de algo inevitable, la innovación tecnológica y científica.
Los mejores registros seguirán teniendo validez en los miles de maratones que hay dando vuelta al mundo y las victorias -o derrotas- continuarán siendo entre pares, emulando aquel inhóspito viaje de cuarenta y dos kilómetros de Filípides a Esparta. Nada de eso estuvo en juego esa mañana de mayo. Tampoco la leyenda de Eliud Kipchoge, que lejos de estar en discusión después de Breaking2 no hizo más que agrandarse. Nadie podrá decir que correr a 2:51 el kilómetro aún con concesiones es una hazaña utópica para cualquier ser humano. Kipchoge no necesitaba de Breaking2 para ser más grande, es cierto, pero su hambre de gloria, su enfoque y determinación como él mismo destaca, han hecho que le sumara una pagina estelar a su historia, ya plagada de por sí de éxitos olímpicos y victorias en la calle (Chicago, Londres, Berlín, solo por mencionar a las grandes). La pulseada era entre el ser humano y la ciencia, entre un atleta, y la velocidad en tiempo y espacio. Sin dudas, se inclinó para el lado de la humanidad.

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