Grecia, el nacimiento del atletismo y la nutrición deportiva: Ventajas del asado en corredores (Parte 1)

Sí, un asado. Con de todo. Platillo típico de argentinos y charrúas y también de otras culturas, bajo otros nombres: Barbacoa, vaquita bebé a la brasa, bambi crucificado, etc. El título recién va a empezar a comprenderse en el párrafo que sigue, paciencia.

Este delicioso manjar ofrece múltiples ventajas nutritivas para los corredores, muchas desconocidas hasta la publicación del presente informe basado en descubrimientos históricos.   

En la Antigua Grecia, de acuerdo a escrituras grabadas sobre las paredes del Partenón, un hombre conocido como Filípides, en grave estado famélico, comenzó a correr detrás de un cabrito. El animal condujo al hombre por las geografías hasta que lo perdió. En ese momento Filípides recordó que tenía algo por hacer, ir hasta Atenas a anunciar la derrota de la horda persa, igual como él era medio pacifista y le gustaban Los Beatles, mucho no le importaba llevar mensajes de guerras y esas cosas. La noche lo sorprendió, y al no contar con un Garmin, no sabía si volver a Maratón, o buscar la ruta hacia Atenas. No tenía tampoco la más pálida idea de cómo guiarse por los astros, miraba al cielo y eran tantos que más que una brújula parecía una obra de Quinquela Martín. Entonces se sentó, y encendió un fuego. Mientras su estómago crujía, el cabrito al que había estado corriendo apareció en las cercanías de su lugar de acampe. Quizás influenciado su cerebro por el estado de hambruna, nuestro héroe antiguo cayó en un estado místico de conexión consciente con el universo. Durante el trance, tuvo un diálogo con el cabrito.         

  • ¿Por qué me has traído hasta aquí?
  • Soy la manifestación divina del futuro nutricional de la humanidad
  • ¿Qué carajo estás flasheando?
  • Me mandó Zeus salame, dice que me morfes así la gente descubre que después de correr tiene que comer carne. Lo quería poner en un tono épico, pero a vos no te estaría llegando el agua al tanque.
  • Ahora entiendo. Entonces debo comerte.
  • Y sí, pero primero deberás probarme que tienes hambre suficiente como para matarme.
  • Me comería 3 hectáreas de milanesa de soja.
  • ¡La milanesa de soja no curará tu dolencia, ignorante homo sapiens sapiens! Debés matarme
  • Lo sé, lo sé, pero no puedo, yo sólo quería cansarte hasta que cayeras desvanecido, y así comerte, sin que sufras.
  • Claaaaaaro, el Sr. Se piensa que los cabritos tenemos consciencia de nuestra existencia, y que entendemos conceptos tales como espacio, tiempo, muerte y demás.
  • ¿Y qué hay de tu sufrimiento?
  • Es como el de la vid al ser arrancada de la parra.

 

Filípides quiebra en llanto.

 

  • Este Zeus me manda a cada personaje
  • ¿Qué dices cabrito?
  • Nada, olvídalo. Vos sos como el que va al mercado y compra la lechuga ya arrancada de la tierra. No tenés huevos para matar a la pobre lechuga. MUÉRANME!

El cabrito retrocede, corre por la pradera, y fatalmente choca su cabeza contra una roca que cae desde las nubes enviada por Zeus. Se convierte así en el primer animal en la historia que comete un suicidio. Y muere por todos nosotros, para que tengamos siempre carne.

Filípides toma así el cadáver del cabrito, lo prepara y pone al fuego, y se come maso menos 2 kilos del mismo porque no tenía ensalada para acompañar, ni pancito. A la mañana siguiente, con el sol asomando en el horizonte, continúa su periplo hacia Atenas. Cerca del mediodía arriba a la capital griega y anuncia la victoria sobre el ejército persa. El pueblo ateniense se reúne entonces a festejar.

  • Tenemos un montón de vino, ¿qué hacemos?
  • Vamo´ a asar unas carnes. Exclama Filípides
  • ¿Cómo?
  • Sí, carne. Tinto y carne;  Zeus me dijo que es la posta para que los atletas mejoren sus marcas en las competencias .
  • ¡Qué copado che!, hagamos unos juegos olímpicos! ¡Mandad un WhatsApp a Coubertin, que aliste las calzas y las musculosas!

Quedan de este modo descartadas las teorías sobre cuántos kilómetros corrió el heraldo. Se habla de 42,195 km, otros escritos aseguran que fueron 235 km. Maratonista o ultramaratonista, no importa mucho, lo cierto es que después de correr un cabrito un buen rato se clavó un asado. Habrán sido 10 kilómetros como mucho. Y horas después falleció.

Según el médico que hizo la autopsia su deceso fue debido a que “Estaba zarpado en asado y se olvidó que también hay que cargar hidratos” (Palabras textuales). Pongan que murió por otra causa o Samid no nos manda más morcilla gratis. Que escriban que corrió un maratón, que queda más épico. Desde ese día los humanos descubren el asado, y saben que deben acompañarlo con pancito, para mojarlo en el juguito que queda en el plato.

Y sí, todo esto está dibujado en el Partenón, junto a una pirámide nutricional llena de mollejas, chinchulines, riñoncitos, pan, vino, y ensalada.

Contada ya la historia, pasemos a lo bueno. Veamos todos los beneficios que tiene el asado para los corredores.

Pero…[suspenso]

Ésto será en el próximo envío.

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